Las empresas que desean renovar su flota de vehículos pueden comprar el vehículo, alquilar con opción a compra (leasing) o simplemente alquilar como en el renting Volkswagen. Hoy en día el renting es la opción elegida ppor muchas empresas. Las PYMES, se decantan mayoritariamente por la modalidad del renting, que permite renovar la flota sin tener que realizar el importante desembolso económico que supondría su compra y porque a diferencia del leasing no está considerado un producto financiero.
El leasing es un alquiler enfocado al largo plazo que permite la compra final del vehículo. En el leasing el banco adquiere el coche que desea el cliente y, posteriormente, se lo alquila a cambio de unas cuotas mensuales fijas o variables durante la vida útil del vehículo. Normalmente exige una duración mínima de dos años que no puede revocarse y la PYME que contrata el servicio se hace cargo (pese a no ser la propietaria) de todos los gastos del vehículo como seguros, impuestos y mantenimiento del mismo. Al acabar el contrato la empresa tiene tres opciones: devolver el vehículo al arrendatario, prorrogar el contrato o hacer efectiva la opción de compra.
El renting Volkswagen, es un alquiler a corto plazo. Aunque no existen limitaciones, lo más habitual es que los contratos se fijen a partir de un mínimo de 12 meses y un máximo de cinco años, aunque los periodos de contratación más habituales son de tres o cuatro años. Transcurrido ese tiempo, con un nuevo contrato se puede volver a renovar por completo la flota de coches de la empresa, dotándola de vehículos más modernos y con mejor tecnología, diseño y seguridad.
Las PYMES –y también los autónomos y profesionales– que utilizan este tipo de alquiler de vehículos pagan unas cuotas un poco más elevadas pero a cambio se desentienden por completo del pago de cualquier gasto en concepto de mantenimiento y además pueden solicitar el cambio de uno o varios vehículos cuando lo consideren oportuno. El seguro a todo riesgo, los impuestos municipales, la asistencia en carretera, las averías, las revisiones periódicas, el cambio de neumáticos y otros muchos servicios (vehículo de substitución en caso de avería, reclamación de multas, etc.) corren a cargo de la empresa de renting. Las cuotas lo incluyen todo –o casi todo, según cada contrato–, excepto el combustible.